La Aldea
Artículos de Opinión
 
 
¿Dónde y Cómo nos Aprieta la Crisis Económica?
por
Carlos Camacho
Director de Proyectos deMKT-Marketing SRL
 
 
 

DE LA METODOLOGÍA DE INVESTIGACIÓN

La empresa MKT-Marketing SRL realizó un estudio para conocer las percepciones y actitudes de la gente común en torno a la situación económica de Bolivia que se refleja en su vida cotidiana y en las esperanzas que construyen para su futuro y el de su familia.
En esta línea, se organizaron una serie de grupos focales con madres y padres de familia de clase media-baja y media-típica de la ciudad de La Paz. Las personas participantes en estos grupos tenían hijos y empleo.
El presente artículo se fundamenta en los resultados de esos grupos, que por ser una técnica cualitativa de investigación no se puede generalizar a lo que acontece en la sociedad. Sin embargo, la selección de estos sujetos típicos de cada estrato socioeconómico nos muestra una realidad que a todos nos llama a la reflexión y a la acción.
Es necesario apuntar que no se encontraron diferencias significativas entre las personas de media-baja y media-típica, ya que como apuntaron, "la crisis se vive en todos por igual". Esperamos que este artículo no sirva solamente para "descargar la ira y la impotencia".

 

 

Uno de los aspectos que más nos preocupa a los bolivianos es la situación económica del país. La gente opina que estamos viviendo, en todas las clases sociales, una crisis que "de frente nos está haciendo estragos". A pesar de que el panorama hace un año atrás era "más llevadero", hoy en día la situación se pone cada vez más difícil hasta tal punto que muchas veces "no hay pan para llevar a la casa."

El principal afectado es el bolsillo, pero la crisis también repercute en el estado emocional de las personas y en su comportamiento cotidiano con los otros. Percibimos que "hay una visión de tratar de mejorar", pero el futuro todavía no está claro. Se plantean una serie de "salidas" cuyo éxito depende de las políticas gubernamentales y, asimismo, de las acciones ciudadanas para implementarlas eficazmente siempre y cuando favorezcan mejores niveles de vida para las mayorías. En estos tiempos, no podemos darnos el lujo de renunciar a la utopía de una Bolivia más digna y esperanzadora.

Economía hoy: "todo sube, menos el sueldo"

En general, la situación económica que vive actualmente el país es calificada como "muy tirante", "álgida", "tensa", "difícil" y "alarmante". Para las personas consultadas, esto se debe a que hay un alza permanente de los precios ¾especialmente de los artículos de primera necesidad y de los servicios básicos¾ y no hay sueldo que alcance para "nada".

Esta situación genera ¾para ellos¾ una pérdida del poder adquisitivo del dinero y una consiguiente "crisis", que si bien es reflejo de la recesión económica mundial, también "el problema radica en el gobierno: no tiene política económica" y tiene mucha "influencia externa".

En este panorama, se manifiesta también el elevado índice de desempleo, que "desarticula" la familia porque la mayoría de sus integrantes debe ingresar al mercado laboral a temprana edad e inclusive "se trabaja en dos lugares y se abandona a los hijos". Entonces, hay niños "descuidados" e "inseguros" por la falta de sus padres en el hogar y por la tensión en la que crecen en un ambiente familiar "caótico", "difícil" y "preocupante".

¿Y hace un año? "Más llevadera"

Cuando se les preguntó a los participantes su opinión sobre la situación económica nacional hace un año, respondieron que estaba "relativamente bien" y era "más llevadera"; sin embargo, reconocen que ya estaba "deteriorada" y que "no es mucha la variación".

Para establecer este parámetro, la mayoría de las personas comparan la cantidad de productos que podían comprar hace un año con una determinada suma de dinero, con la cantidad a la que pueden acceder con esa misma suma hoy en día. Ya que ¾como ellos mismos lo reconocen¾ las cosas han subido de precio y "ahora se tiene para lo justo", además de que hay "mucho desempleo" y "no se cumplen las promesas de los gobernantes".

Tal como lo confirma el testimonio de una señora de estrato socioeconómico medio-bajo: "hace un año en el restaurante vendíamos al día 47 almuerzos, ahora no pasan de los 20. En los pasajes yo gastaba 90 Bs., ahora 110. Sube el gas. ¡Todo está subiendo! ¿Acaso esto no es crisis?". Es un hecho innegable que en todos los negocios "han bajado mucho los clientes".

Hoy en día hay que hacer milagros: "donde hay necesidad no hay principios"

Una de las salidas que la gente menciona para "subsistir" en esta crisis son los préstamos, tal como lo afirma este señor: "uno por hacer alguito se endeuda, pero son increíbles los intereses que nos cobran". Por tanto, el préstamo es una posibilidad que surge frente al ahorro de años pasados.

La situación económica del país ha originado un clima de competitividad ("para todo, hay competencia"), donde el que "triunfa" es el que ofrece la mejor calidad al menor precio. Y para ello se valora la permanente capacitación personal ligada al bienestar familiar como veremos más adelante.

Por otro lado, esta crisis lleva a que se trabaje de cualquier cosa y por lo que a uno le ofrezcan: "me sostengo, pero no estoy trabajando con mi profesión". Ante la imposibilidad de encontrar fuentes laborales en el campo de especialización de cada uno, se buscan otras alternativas de trabajo. De todas formas, "¡tengo que trabajar porque a veces no hay para comer!".

En el largo plazo, "no diré tan bien, sino relativamente"

Las opiniones respecto al futuro son variadas. Mientras unos prácticamente no ven ningún futuro, otros auguran mejores días. Entre éstos últimos, la situación personal depende de dos factores esencialmente: a) la capacitación y b) la política. "Si uno es político y está bien capacitado llega lejos", dijeron. Por política se entiende el partidismo y la "muñeca" que éste favorece entre sus seguidores.

La situación personal está en directa relación con la familiar, ya que como aseveraron "si a mí me va bien, puedo darles esperanzas en mi casa".

Para asegurar el futuro de los hijos se debe "darles la profesión que elijan" porque sólo así van a "superarse", "defenderse" y "recibir el trato que se merecen". Empero, una señora reconoció que por el momento "no puedo hacer estudiar a mis hijos, solamente trabajan".

También, se reconoció que el tener una profesión no es sólo tener un título académico, sino ser un "empresario de calidad", responsable de las acciones emprendidas y sensible ante la realidad social. De la misma manera, se valoró el estudio y ejercicio de profesiones técnicas para poder conseguir trabajo.

Entre gobierno y gobierno...

Si bien se plantearon diferencias entre la pasada gestión de gobierno y la actual, se recalcó que la política económica de ambos es la misma. "Estamos en lo mismo con ciertos cambios", fue lo que la mayoría de personas aseguraron.

Si bien un aspecto resaltado del gobierno de Bánzer es la Política Reactivación Económica, todavía los ciudadanos no ven resultados concretos. Una señora de clase media-típica cuestionó: "¿Qué es, dónde está? Yo no la veo, no la puedo palpar, sólo tiene nombre".

Futuro: estabilidad emocional, laboral y de precios

Un porvenir alentador para la familia boliviana está relacionado con la posibilidad de que el poder adquisitivo mejore para todos en el marco de "buenas" políticas y estrategias gubernamentales que creen fuentes de trabajo, incentiven la mayor producción nacional, bajen los intereses para los préstamos a la microempresa, aumenten gradualmente los sueldos, capaciten permanentemente.

En esta dirección, el gobierno debe ganarse la "credibilidad" del pueblo, poniéndose de acuerdo internamente, haciendo cumplir las leyes y, lo que es fundamental, "diciendo la verdad".

Estas medidas económicas deben tender a garantizar "poco a poco" la estabilidad de los precios ¾especialmente de los servicios básicos y de los artículos de primera necesidad¾ y permitir empleos duraderos. De este modo, el ciudadano boliviano tendrá la "seguridad de que el Estado te va a ayudar".

Pero todo esto no depende exclusivamente del gobierno. El pueblo debe "poner el hombro" para apoyar estas medidas. Esto supone, como lo manifestaron los asistentes a los grupos focales, "dejar de hacer huelgas y paros y ponerse a trabajar mucho más".

Finalmente, para mejorar la situación del país se necesitan dirigentes veraces y honestos "fuera de toda clase política". O, en último caso, queda la "esperanza de que el nuevo gobierno que venga solucione esto."